Se estima que tan solo el 10% de las personas mantienen sus propósitos durante varios meses. El principal motivo por el que la población no consigue mantener sus objetivos a lo largo del año es que no son realistas ni alcanzables. La mayoría de ellos implican un cambio en el estilo de vida, lo que supone la modificación de un comportamiento que ya es habitual en ellos.
Por ello, lo más importante es la perseverancia: si cambias tu manera de pensar, podrás modificar aquellos aspectos de tu vida que deseas mejorar. Empieza con propósitos que puedas cumplir, marcándote pequeños objetivos para llegar a una meta concreta que seas capaz de conseguir a largo plazo. De esta forma, la consecución de cada uno de los pasos te resultará muy gratificante y te servirá como motivación para continuar.
Otro consejo muy interesante es que no te plantees demasiados objetivos a la vez: eso podría estresarte y hacerte sentir incapaz de llevarlos a cabo. Es mejor que empieces con un propósito muy concreto y que diseñes cómo vas a llegar a él poquito a poquito. Y, por supuesto, no tengas miedo de compartir tu propósito con tus familiares y amigos para que ellos también te ayuden a conseguirlo, ¡la unión hace la fuerza!
Y sobre todo recuerda que si un día (o durante un periodo) te desvías de tu objetivo, no debes desanimarte. Los propósitos y la intención de mejorar cualquier aspecto de tu vida no debe limitarse únicamente a Año Nuevo (o al mes de septiembre). Puedes retomar ese cambio de hábito durante todo el año y trabajar en él hasta que lo consigas. Desde aquí te mandamos mucho ánimo para que cumplas todo lo que te propongas en 2022.
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