El descanso físico hace referencia a dormir, pero también a realizar prácticas como yoga, mindfulness, meditación o reiki, entre otras. Este es el más conocido y, desafortunadamente, gran parte de la población considera que es el único.
El descanso mental consiste en desconectar la mente, evadiéndote de la realidad y abandonando aquellas tareas o aspectos del día a día que te hacen pensar demasiado o preocuparte. Un ejercicio muy recomendable es tomar pausas a lo largo del día, dando un paseo o realizando estiramientos o ejercicios de respiración.
El descanso sensorial equivaldría a apagar todos nuestros sentidos para alejarnos del mundo y el ajetreo que lo rodea. Se trata de un descanso muy complicado de alcanzar, pero no imposible. Apagar el teléfono o el ordenador es una buena forma de empezar.
El descanso creativo significa “parar” de pensar, de tener ideas, pensamientos críticos, etc. ¿Y cómo lo hacemos? Disfrutando de aspectos mundanos como serían el silbido del viento, el canto de los pájaros, los aromas de las flores, etc.
El descanso emocional se logra cuando empezamos a trabajar la autoconciencia e intentamos conocernos mejor, profundizando en nuestras emociones y estados de ánimo, queriéndonos y aceptándonos tal y como somos.
El descanso social implica entender nuestras relaciones con los demás, distinguiendo entre aquellas que nos nutren y aquellas que nos pesan. Para ello es fundamental analizar nuestros vínculos y diagnosticar si son sanos o no. Una buena forma de descansar socialmente es rodeándonos de personas positivas, comprensivas y auténticas.
El descanso espiritual hace referencia a la conexión, no con un@ mism@, sino con algo superior al cuerpo físico y la mente. Lo lograremos cuando empecemos a practicar la introspección, la aceptación y el perdón, entre otros.
Y tú, ¿conocías estos tipos de descanso? Es el momento de pasar a la acción y lograr alcanzar todos y cada uno de ellos. No será un proceso rápido, ni mucho menos sencillo, pero poner la primera piedra es fundamental para construir el camino que te llevará a ser una persona más sana, saludable y, sobre todo, feliz.