El ejercicio tiene muchísimos beneficios en nuestro día a día, tanto a nivel físico como mental. En esta ocasión, nos queremos centrar en cómo la actividad física puede ayudar a tratar la depresión y la ansiedad. Y es que España es el país europeo con la tasa más alta de síntomas depresivos en la población de avanzada edad, ¿conocías este dato?
El ejercicio físico aumenta los niveles de las endorfinas, mejora la autoestima, ayuda a centrarse, mejora el humor… Todo esto tiene efectos muy favorables tanto para impedir que una persona caiga en depresión como para ayudar en su tratamiento. Por supuesto, el ejercicio no es un tratamiento completo, la ayuda psicológica es indispensable para tratar tanto la depresión como la ansiedad.
Dicho lo cual, los estudios demuestran que la actividad física tiene un gran efecto antidepresivo en las personas que padecen esta enfermedad. Sin embargo, aunque su eficacia está probada, no existe un consenso sobre qué tipo de ejercicio y qué intensidad es la adecuada para los pacientes con esta patología.
Como te decíamos, la actividad física tiene grandes beneficios en pacientes con depresión y ansiedad. Pero esto no quiere decir que necesariamente se requiera un gran esfuerzo físico, levantar pesas o hacer mucho cardio. Dar un paseo, salir a caminar o hacer tareas que requieran algo de movimiento ya pueden ser muy útiles.
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